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Septiembre 2015
Septiembre 2015

Movilización e inmovilización espinal y de miembros

Elena Nieto Puértolas

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria GUETS-SESCAM (Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario. Servicio de Salud de Castilla La Mancha)

Magdalena Canals Aracil

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria CS Las Calesas. Madrid

Elena Nieto Puértolas

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria GUETS-SESCAM (Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario. Servicio de Salud de Castilla La Mancha)

Magdalena Canals Aracil

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria CS Las Calesas. Madrid

Introducción

Este artículo corresponde a la segunda parte de dos artículos para la sección «Paso a paso» de AMF, dedicados a la movilización e inmovilización del paciente politraumatizado. En el primero, publicado en la revista de los meses de julio-agosto, se hacía referencia a la inmovilización cervical y este aborda la movilización e inmovilización espinal y de los miembros.

 

Este artículo sobre el abordaje espinal y de los miembros en el paciente politraumatizado se divide en cuatro apartados:

  • Técnica de volteo para pasar de decúbito prono a supino.
  • Movilización con dispositivos específicos:
    • Tablero espinal largo.
    • Camilla de cuchara.
  • Movilización de pacientes sin material.
  • Inmovilización de miembros.

 

Aspectos generales que se deben tener en cuenta:

  • Antes de cualquier movilización espinal, hay que inmovilizar la región cervical como se detalló en el artículo anterior.
  • Ante un paciente politraumatizado, lo primero será una valoración primaria para detectar lesiones potencialmente mortales.
  • La extracción con material requiere tiempo. Tener en cuenta la «hora de oro» del politraumatizado (primeros minutos tras un politraumatismo grave; en un paciente con lesiones graves, el objetivo debe ser recibir tratamiento quirúrgico adecuado durante esta primera hora para aumentar la supervivencia y evitar complicaciones y secuelas).
  • Un paciente politraumatizado se movilizará, siempre que sea posible, en bloque respetando el eje cabeza-cuello-tronco. Serán necesarios tres o cuatro rescatadores y un material que no suele estar disponible en los centros de Atención Primaria (AP), pero sí en las unidades de soporte vital básico y avanzado (SVB/SVA), por lo que se solicitará apoyo de estas unidades para la movilización, salvo indicación de extracción rápida.
  • Nadie realizará movimientos sin esperar la orden del rescatador que inmoviliza la cabeza (líder). Este dará órdenes claras (1, 2, 3) y se asegurará de que el equipo está preparado antes de dar la orden.
  • Antes de utilizar los dispositivos de movilización espinal, se debe colocar al paciente en decúbito supino con técnicas de volteo.
  • Si el paciente presenta dolor, poner analgesia antes de realizar la manipulación.
  • Nunca pasar material por encima del paciente para evitar accidentes.
  • Antes de levantar al paciente, fijarlo al dispositivo de movilización utilizado (tablero o camilla de cuchara) con cinchas o sistema de «araña» para evitar caídas accidentales.
  • El traslado de estos pacientes debe hacerse sobre un colchón de vacío, está contraindicado hacerlo sobre el material de movilización.
  • El colchón de vacío es un dispositivo de inmovilización, por lo que está contraindicado para la movilización.
  • Antes de valorar y tratar las lesiones de miembros, descartar otras lesiones más importantes.

Técnica de volteo para pasar a un paciente de decúbito prono a decúbito supino

  • El rescatador 1 será el más experimentado y se situará a la cabeza del paciente:
    • Liderará la maniobra.
    • Se encargará en todo momento de la estabilización manual de la cabeza y el cuello.
    • Sujetará la cabeza del paciente como se indicó en el artículo anterior, pero teniendo en cuenta que deberá colocar los brazos calculando el giro para evitar cruces que imposibiliten la maniobra al rodar al paciente (figura 1.1).
    • Determinará el lado hacia el que rotar al paciente en función de las lesiones, espacio disponible, etc. Preferiblemente, voltear al lado contrario donde se encuentra la cara.
  • El rescatador 2 alineará las extremidades superiores, articulación por articulación con movimientos suaves y sin forzar. Dejará el brazo contrario al que se realizará el giro pegado al tronco y el brazo del lado hacia el que girará extendido hacia la cabeza. Se colocará en el costado del paciente del lado al que girará y sujetará el hombro y la cadera contrarios. Con la mano que sujeta la cadera, cogerá también el brazo del paciente (figura 1.2).
  • El rescatador 3 alineará las extremidades inferiores y posteriormente se colocará junto al rescatador 2 sujetando la pelvis y la rodilla (figura 1.2).
  • Rodar al paciente hasta decúbito lateral (figura 1.3). Si se dispone de un tablero espinal, aprovechar este momento para colocarlo sobre la espalda del paciente (figura 1.4).
  • En un segundo tiempo, rodar hasta decúbito supino con la ayuda del tablero espinal (figura 1.5). De no disponer de este, continuar la maniobra con movimientos en bloque para poder hacer una correcta inmovilización cervical y control de la vía aérea.
  • Colorar el collarín como se describió en el artículo anterior.

Técnica de movilización con tablero espinal largo

Para colocar al paciente sobre el tablero se pueden utilizar varias técnicas en función del espacio disponible, el número de rescatadores y la experiencia del profesional que actúa. No es mejor una que otra. Hay situaciones en las que el terreno o las lesiones del paciente llevan a emplear una u otra técnica:

 

Volteo lateral

Técnica de colocación:

  • Colocarse como en el caso anterior y voltear al paciente unos 45° mientras el rescatador 4 coloca el tablero sobre la espalda del paciente y ayuda a bajar de nuevo el conjunto paciente-tabla hasta la posición de decúbito supino (figura 2.1).

 

Puente simple (figura 2.2), holandés y modificado

Técnica de colocación:

  • El rescatador 1 se sitúa a la cabeza del paciente. Coloca sus manos en la región escapular del paciente y sujeta la cabeza y el cuello con la cara interna de sus antebrazos. Liderará la maniobra.
  • El rescatador 2 se sitúa con las piernas abiertas sobre el paciente mirando al rescatador 1 y sujeta la pelvis.
  • El rescatador 3 se coloca igual que el rescatador 2 y sujeta las piernas.
  • Levantar al paciente en bloque mientras el rescatador 4 desliza el tablero desde los pies a la cabeza.
  • En un segundo paso, se baja al paciente en bloque para colocarlo sobre el tablero.
  • La técnica sufre pequeñas modificaciones en función de si se realiza con tres o cinco rescatadores (puente holandés [figura 2.3] o puente modificado [figura 2.4]).

Técnica de movilización con camilla de cuchara (palas o tijera)

Técnica de colocación:

  • Ajustar las palas a la longitud del paciente con los anclajes telescópicos poniendo la camilla en paralelo al paciente (figura 3.1).
  • Separar las dos mitades. La parte más ancha recogerá la cabeza y el tronco y la más estrecha las piernas (figura 3.2).
  • Introducir cada una de las palas por un lateral del paciente mediante un mínimo volteo primero a un lado y después al otro (figura 3.3).
  • Ajustar la ropa del paciente para no dificultar el cierre de la camilla.
  • Cerrar la camilla (primero la cabeza [figura 3.4] y posteriormente los pies [figura 3.5]) con cuidado de no pellizcar la piel del paciente.
  • Comprobar el correcto cierre por el riesgo que conlleva de abrirse durante el traslado, lo que provocaría la caída del paciente.
  • Retirarla antes de iniciar el traslado, ya que transmite las vibraciones de la carretera, aumentándolas, y podría agravar las lesiones.

En el mercado existen otros dispositivos de extracción que no se describen porque no suelen estar disponibles ni en los centros de salud ni en las unidades de SVB.

Movilización de pacientes sin material

Método de cuchara

Únicamente está indicado cuando haya que trasladar al paciente a un lugar seguro y no sea posible usar material de movilización.

 

Técnica de colocación:

  • Los rescatadores se colocarán en el lado accesible del paciente con la rodilla flexionada (figura 4.1).
    • El rescatador 1 sujetará con una mano el cuello y con la otra los hombros y liderará la maniobra. Si hay cuatro rescatadores, el 1 sujetará la cabeza y el 4 los hombros.
    • El rescatador 2 sujetará con una mano la zona lumbar y con la otra la pelvis.
    • El rescatador 3 sujetará con una mano los muslos y con la otra los gemelos.
  • Levantar al paciente hasta la rodilla flexionada (figura 4.2).
  • Llevar al paciente al pecho de los rescatadores y estos se pondrán en pie (figura 4.3).
  • Movilizar al paciente hasta un lugar seguro invirtiendo el orden de los movimientos descritos para dejarle (figura 4.4).

Métodos de extracción rápida

Indicados únicamente:

  • Cuando el paciente presenta problemas potencialmente mortales identificados en la valoración primaria y que no se pueden asistir en el lugar con eficacia.
  • Cuando debe moverse rápidamente para acceder a otras víctimas con lesiones más graves.
  • Cuando el escenario no es seguro y existe un peligro para el paciente o para el equipo y se requiere un traslado rápido a un lugar más seguro (riesgo de incendio, explosión, derrumbamiento, riesgo químico, intoxicación por vía inhalatoria, situación de violencia o amenaza de violencia).

 

Existen dos maniobras posibles:

 

Maniobra de Rautek:

 

Técnica de colocación:

  • Comprobar que las extremidades inferiores no están atrapadas.
  • Introducir los antebrazos bajo las axilas del paciente.
  • Con una mano, coger el mentón, y con la otra, el antebrazo contralateral (figura 5.1).
  • Apoyar la cara contra la víctima (figura 5.2).
  • Elevar y girar la espalda del paciente para que quede alineada con el tronco del rescatador (figura 5.3).
  • Arrastrar al paciente fuera del vehículo (figura 5.4).

 

Técnica de la boa o anaconda:

 

Técnica de colocación:

  • Se realizará una inmovilización cervical con collarín.
  • Se coloca una sábana enrollada de antemano de modo que la parte central de la sábana coincida con la parte central del collarín (figura 6.1).
  • Se rodea el collarín con los extremos cruzando la sábana por la nuca y volviéndola a pasar por delante y se pasa por debajo de las axilas hacia la espalda (figuras 6.2, 6.3 y 6.4).
  • Tirar de los extremos de la sábana levantando y girando al paciente hasta centrarlo en la puerta del vehículo (figura 6.5).
  • El rescatador 1 tira de los extremos mientras el rescatador 2 desplaza la parte inferior del tronco, la pelvis y las piernas (figura 6.6).
  • El rescatador 3 coloca el tablero espinal sobre el asiento y desliza al paciente sobre este (figuras 6.7 y 6.8).

 

Inmovilización de miembros

Hay distintos tipos de férulas de miembros. Las más utilizadas en el medio extrahospitalario son las siguientes:

  • Férulas hinchables
    • Indicadas para la inmovilización en posición anatómica. Contraindicadas para inmovilizar fracturas en posición anómala.
    • Deben tener varias cámaras de aire para evitar una compresión circunferencial que cause isquemia distal.
    • Se hinchan con una bomba o soplando
  • Férulas de vacío: indicadas para inmovilizar fracturas tanto en posición anatómica como en posición anómala (figura 7.1).
    • Para colocarlas, primero se repartirá el contenido de la férula uniformemente, se ajustará con cinchas al miembro lesionado y posteriormente se hará el vacío con una bomba o el aspirador de secreciones.
  • Férulas de tracción
    • Indicadas en fracturas de fémur. Solo suelen estar disponibles en las unidades de SVA (figura 7.2).

Técnica de colocación:

  • Desnudar completamente el miembro lesionado (ropa, joyas, etc.) evitando manipulaciones agresivas (si es necesario, cortar la ropa).
  • Comprobar la presencia de pulsos distales y movilidad de dedos.
  • En fracturas abiertas, limpiar las heridas con suero y cubrirlas con apósitos o gasas estériles antes de inmovilizarlas.
  • El rescatador 1 alineará el miembro buscando una posición anatómica traccionando suavemente en sentido longitudinal. Si esta maniobra causa más dolor o se pierde el pulso distal, volver a la posición inicial e inmovilizar en esa posición con una férula de vacío.
  • El rescatador 2 elegirá el tamaño adecuado de la férula. Debe incluir la articulación proximal y distal a la fractura (figuras 7.3 y 7.4).
  • Una vez puesta la férula, comprobar de nuevo los pulsos distales y la movilidad de los dedos. Verificar que la inmovilización no está tan apretada que dificulte el flujo sanguíneo.
  • Elevar el miembro para disminuir la inflamación y el edema.

 

Bibliografía

  1. Espinosa Ramírez S. Material y técnicas de inmovilización. En: Pacheco Rodríguez A, Serrano Moraza A, Ortega Carnicer J, Hermoso Gadeo F.E. Manual de emergencia médica prehospitalaria. Madrid: Arán Ediciones S.A.; 2001.
  2. Durán Romero E. Movilizaciones e inmovilizaciones. En: Canabal Berlanga R, Pastor Pons G, García Medina E, Fernández Gallego V, Hernández Corral J, Pacheco Rodríguez A, et al. Guía asistencial urgencias y emergencias Extrahospitalarias 2.a edición. GUETS-SESCAM; 2014.
  3. PHTLS: Soporte vital básico avanzado en el trauma prehospitalario, 7.a edición. Elsevier; 2011.
  4. Yáñez Castillo V. Técnicas de movilización y traslado. Departamento Capacitación Segunda Cía., Cuerpo de Bomberos de San Pedro de La Paz. Chile.

AMF 2015; 11(8); ; ISSN (Papel): 1699-9029 I ISSN (Internet): 1885-2521

Comentarios

Luis Emilio 22-10-15

Excelente y bien ilustrado .Esperamos que sea el inicio de continuar difundiendo un mayor numero de temas de urgencias y emergencas .Gracias