CASO CLÍNICO
Paciente, hombre, de 40 años de edad, sin antecedentes de interés, salvo la práctica regular de deporte. Consulta por un dolor unilateral en la rodilla izquierda, de larga evolución, sin contusión previa. Además, describe que tiene un «bulto en esta rodilla desde pequeño» y que, con el paso de los años, ha ido creciendo de tamaño. Le molesta especialmente con la hiperflexión de la rodilla y al subir y bajar escaleras.
En la exploración, llama la atención un bultoma en la región inferior de la rodilla izquierda (figura 1), sin datos de infección activa, de consistencia algo indurada. Se explora también la rodilla contralateral, sin hallarse datos exploratorios de interés. Por ello, se realiza una radiografía (figura 2) que muestra un engrosamiento del tendón rotuliano y una imagen en forma de lágrima a la altura de la tuberosidad tibial.
1. Con todo lo expuesto anteriormente, ¿qué patología sugiere el caso clínico?
a. Enfermedad de Pinlach-Aznar.
b. Enfermedad de Osgood-Schlatter.
c. Enfermedad de Sever.
d. Enfermedad de Preiser.
2. En relación con la patología de sospecha, ¿en qué grupo etario es más frecuente que aparezca?
a. Adolescentes jóvenes y hombres.
b. Mujeres añosas y sedentarias.
c. Hombres añosos y con práctica regular de deporte.
d. Neonatos.
3. Respecto a la patología del caso expuesto, ¿cómo se establece el diagnóstico?
a. Con una resonancia magnética.
b. Con una tomografía axial computarizada.
c. Con una artroscopia.
d. Con la clínica, la exploración física y la radiografía de la rodilla.
4. Ante una enfermedad de Osgood-Schlatter, ¿cuál es la actitud que seguir?
a. Con frecuencia, hay que realizar infiltraciones seriadas para paliar el dolor.
b. En cuanto se diagnostica, hay que indicar la cirugía para evitar las complicaciones asociadas.
c. Normalmente, la actitud es expectante pues suele desaparecer cuando el niño-adolescente completa su crecimiento.
d. Es mandatorio realizar un análisis genético dado el carácter hereditario de la lesión.
Resolución
Por todo lo anterior, se diagnosticó al paciente de enfermedad de Osgood-Schlatter y se le derivó a Traumatología para su valoración, teniendo en cuenta su edad y su evolución. Dada esta larga evolución del cuadro, se decidió realizar tratamiento quirúrgico. Actualmente, el paciente está ya operado, con la resolución del dolor descrito.
Resumen
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una apofisitis por tracción del tendón rotuliano en su inserción en la tuberosidad tibial1. Se origina por microtraumatismos del tendón sobre la espina tibial, originando dolor en la región anterior de la rodilla2. Suele aparecer en adolescentes jóvenes y hombres3. Además, es más frecuente si estos practican deportes con extensión brusca de la rodilla (fútbol, baloncesto, etc.)2.
La clínica frecuente es el dolor en la rodilla, en ocasiones acompañado con tumefacción o deformidad1. El dolor empeora al correr o subir/bajar escaleras3. El diagnóstico se establece con la clínica, la exploración física y la radiografía de la rodilla 2. En la exploración, se halla una tumefacción nodular en la región de la tuberosidad tibial anterior2. En la radiografía, se aprecia un engrosamiento del tendón rotuliano y una imagen en lágrima que corresponde a la epífisis tibial2.
En general, es un cuadro autolimitado, en el que el dolor desaparece cuando el niño-adolescente completa su crecimiento3. No obstante, algunos pacientes tendrán, de manera residual, dolor (que en algunos casos puede manifestarse más intensamente en la edad adulta) y presentarán una prominencia en la rodilla1, como en el caso que se ha expuesto. El tratamiento conservador es el de elección (reposo, antinflamatorios, inyecciones de lidocaína o corticoides)1, pero cuando es insuficiente, se plantea la cirugía1. Existe una complicación a largo plazo: la enfermedad de Pinlach-Aznar, que cursa con dolor crónico por fallo en la osificación de la tuberosidad tibial anterior2.
Como síntesis de lo expuesto, destacar que la enfermedad de Osgood-Schlatter es una apofisitis por tracción de la tuberosidad tibial, que aparece más en jóvenes que realizan deporte con extensión brusca de la rodilla. En general, el tratamiento es conservador pues acaba resolviéndose con el crecimiento del adolescente. No obstante, puede quedar algún dolor residual en algunos casos e incluso manifestarse más intensamente en la edad adulta.