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Septiembre 2015
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Hidratación para la resaca: ¿con agua se pasa?

Juan Toral Sánchez

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria FEA Urgencias Hospital Universitario Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria

Juan Toral Sánchez

Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria FEA Urgencias Hospital Universitario Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria

Las bebidas alcohólicas van ligadas a la evolución de la especie humana. Hace más de 5.000 mil años ya existían bebidas fermentadas como el vino o la cerveza en zonas tan dispares como Egipto, Babilonia, China o Grecia. Inicialmente tuvieron un carácter divino que a lo largo de los siglos ha ido socializándose hasta formar parte de nuestra cultura. Hoy día constituye la sustancia psicoactiva más consumida, como se desprende de la última encuesta del Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales1, ya que el 76,6% de los españoles reconocen haber consumido alcohol en el último año.

 

El mal uso o, al menos, el excesivo consumo, da lugar a la resaca, esa desagradable aparición de síntomas típicos que se desencadenan tras ingerir cantidades elevadas de alcohol y que hacen acto de presencia horas después del consumo abusivo. Desencadena una clínica que suele caracterizarse por sensación de cansancio, cefalea, problemas de concentración y memoria, cambios de humor, náuseas, vértigos o sed, aunque esta sintomatología suele resolverse de manera espontánea pasadas 8-24 horas.

 

Según un estudio de Verster2, el 80% de la población mundial experimentará al menos una resaca cada año, lo que genera importantes consecuencias tanto sanitarias como socioeconómicas. Es más prevalente en bebedores de consumo bajo y moderado de alcohol. La ingesta de 1,5-1,75 g/kg de peso de alcohol durante más de 4-6 horas, casi siempre va seguida de síntomas de resaca3.

 

Existe la creencia de que una de las mejores medidas para sobrellevar la resaca es una buena hidratación el día después. Todos los expertos suelen promover esta medida como el eje central del tratamiento. Entre las recomendaciones más típicas respecto a la hidratación, está la del zumo de naranja con su aporte vitamínico, bebidas ricas en hidratos de carbono por la supuesta disminución de los niveles de glucosa en la sangre, caldo que al mismo tiempo aporta vitaminas y minerales, y abundantes cantidades de agua y bebidas isotónicas para contrarrestar las pérdidas que se producen desencadenadas por el alcohol.

 

Pero ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Realmente tiene efecto terapéutico la hidratación en personas que sufren resaca? ¿Existen ensayos clínicos que la avalen? ¿Mejora la sintomatología o reduce su duración? ¿Presenta riesgos? ¿Hay otras medidas más efectivas?

 

Bases de la recomendación

Para explicar el sentido de la hidratación como tratamiento, es necesario conocer la fisiopatología de la resaca. Según algunos estudios3, el acetaldehído resultante de la metabolización del alcohol sería el principal responsable de los efectos de la resaca. En estos casos, también se observan alteraciones hormonales que explican los síntomas: el alcohol inhibe la hormona antidiurética (ADH) en el riñón, generando un aumento de la diuresis y deshidratación. Al mismo tiempo, se incrementan los niveles séricos de aldosterona y renina, a lo que habría que sumar una menor disponibilidad de glucosa, un aumento de glucagón, así como un descenso del cortisol. Todo esto suele cursar con una acidosis metabólica.

 

La deshidratación que sufre el organismo, y sobre todo el cerebro, es la base de los síntomas. Aquí radica la recomendación de beber mucha agua: antes, durante y después, ya que así se contrarrestaría el efecto del alcohol que hace que aumente la eliminación de líquido.

 

Búsqueda bibliográfica

Se han empleado los términos «Alcohol hangover», «cure», «treatment», «prophylactic». Las búsquedas se llevaron a cabo en Medline, Cochrane Plus y BMJ.

 

Descripción de las evidencias encontradas

Pese a la alta incidencia de los casos de resaca, llama la atención los escasos estudios científicos que avalen los numerosos remedios que existen. No se ha encontrado ningún estudio científico que evalúe la efectividad de la hidratación para paliar la resaca.

 

Una revisión sistemática de ensayos clínicos de Pitler y sus colaboradores4 señala que los remedios más populares, como beber mucha agua, tomar aspirina, llevar una correcta alimentación y descansar el día siguiente, carecen de evidencia científica ya que no han sido estudiados.

 

En la última revisión5 sobre el tema, sí se indican medidas estudiadas que parecen tener efectos beneficiosos, como por ejemplo 200 mg de ácido tolfenámico tomado antes de consumir alcohol y de acostarse, que demostró mejoría6 al disminuir los niveles de prostaglandinas E2 y tromboxano B2; en el estudio se observó una reducción significativa de cefaleas (85%), náuseas (86%), vómitos (100%) e irritabilidad, así como mejorías en temblores, sed y sequedad de boca.

 

Parece que también son útiles los análogos de la vitamina B6, como la piridoxina o el piritinol; 400 mg de este último antes, durante y después de la ingesta de alcohol pueden disminuir los síntomas hasta en un 50%7.

 

El empleo de clormetiazol, que parece aliviar la resaca al mismo tiempo que provoca sedación, es controvertido.

 

Entre las indicaciones revisadas sin clara indicación, se encontraría el propranolol, que aunque reduce la hiperactividad simpática, no mejora los síntomas de la resaca8, o los antieméticos como el ondansetrón9. Llama la atención las escasas evidencias a favor del consumo de frutas y zumos10. Otros remedios como los complejos con cafeína también son populares, ya que parecen aliviar síntomas como la cefalea, los dolores o el cansancio, aunque tampoco hay evidencia científica, puesto que no se han realizado estudios científicos al respecto.

 

En Internet existen varios remedios que se basan en hierbas, vitaminas o alimentos, pero faltan estudios suficientes para apoyar su indicación. Entre estos productos se encuentran la Opuntia ficus-indica (extracto del cactus), la KSS fórmula (remedio tradicional chino que mezcla mandarina y azúcar moreno), Liv.52 (formulación en herboristerías de Himalaya), la alcachofa, la fructosa y la glucosa.

 

Conclusiones e implicaciones prácticas

La búsqueda de remedios para la resaca de alcohol es tan antigua como el propio alcohol. Sin embargo, son escasos los estudios científicos centrados en cómo aliviar los síntomas de la resaca, quizás en parte por las reticencias a estudiar cómo aliviar algo que va en contra de la salud, como sería el consumo de alcohol.

 

La principal conclusión que se extrae de los artículos publicados es que no se ha estudiado con rigor cuáles son las medidas no farmacológicas más habituales como la hidratación. Respecto a las medidas farmacológicas, los remedios que parecen reducir la gravedad general de la resaca son los fármacos que inhiben la síntesis de prostaglandinas.

 

Una pregunta que surge tras lo expuesto es si existe la posibilidad de que la presión de la industria farmacéutica esté detrás de los estudios que intentan medir la eficacia de medicamentos sin que los remedios naturales y tradicionales hayan sido estudiados hasta la fecha.

 

Hasta que haya más información disponible sobre la patología de la resaca, la mejor manera de evitarla es practicar la abstinencia o el consumo moderado y responsable del alcohol.

 

Bibliografía

  1. DGPNSD. Encuesta sobre alcohol y drogas en población general en España EDADES 2011-2012. Madrid: Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales; 2013.
  2. Verster JC, Stephens R, Penning R, Rohsenow D, McGeary J, Levy D, et al.; Alcohol Hangover Research Group. The alcohol hangover research group consensus statement on best practice in alcohol hangover research. Curr Drug Abuse Rev. 2010;3(2):116-26.
  3. Wiese JG, Shlipak MG, Browner WS. The alcohol hangover. Ann Intern Med. 2000;132(11): 897-902.
  4. Pittler MH, Verster JC, Ernst E. Interventions for preventing or treating alcohol hangover: systematic review of randomised controlled trials. BMJ. 2005;331:1515-8.
  5. Verster J, Penning R. Treatment and prevention of alcohol hangover. Curr Drug Abuse Rev. 2010;3:103-9.
  6. Kaivola S, Parantainen J, Osterman T, Timonen H. Hangover headache and prostaglandins: prophylactic treatment with tolfenamic acid. Cephalalgia. 1983;3:31-6.
  7. Khan MA, Jensen K, Krogh HJ. Alcohol-induced hangover. A double-blind comparison of pyritinol and placebo in preventing hangover symptoms. Q J Stud Alcohol. 1973;34:1195-201.
  8. Bogin RM, Nostrant TT, Young MJ. Propranolol for the treatment of alcoholic hangover. Am J Drug Alcohol Abuse. 1987;13:175-80.
  9. Muhonen T, Jokelainen K, Höök-Nikanne J, Methuen T, Salaspuro M. Tropisetron and hangover. Addict Biol. 1997;2:461-2.
  10. Sépala T, Leino T, Linnoila M, Huttunen M, Ylikahri R. Effects of hangover on psicomotor skills related to driving: modification by fructosa and glucose. Acta Pharmacol Toxicol (Copenh). 1976;38:209-18.

AMF 2015;11(8);; ISSN (Papel): 1699-9029 I ISSN (Internet): 1885-2521

Cómo citar este artículo...

Toral Sánchez J. Hidratación para la resaca: ¿con agua se pasa?. AMF. 2015;11(8).

Comentarios

Luis Emilio 03-10-15

Interesante tema y poco investigado