![]() |
¿Qué sabemos sobre el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de la COVID-19?
Concepción Rosa García Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia M.ª Carmen Sánchez López Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Juan Antonio Sánchez Sánchez Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Fundador de Preevid Agustín Roca Vega Documentalista Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Isabel Pozo Serrano Enfermera Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia J. Patricia Moreno Pina Enfermera Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Enrique Aguinaga Ontoso Director/Jefe de servicio del Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia |
El artículo que nos ocupa recoge de manera breve la información relativa a las cuestiones relacionadas con las pruebas diagnósticas, el tratamiento y el pronóstico en la COVID-19, publicadas en el banco de preguntas Preevid.
En las 5 primeras preguntas se plantea el papel diagnóstico de la ecografía torácica, el test de Roth o determinadas aplicaciones de los teléfonos móviles; también la necesidad de repetición de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa transcriptasa inversa (RT-PCR) en la mujer embarazada y el diagnóstico del tromboembolismo pulmonar.
Las 5 siguientes preguntas abordan aspectos del tratamiento, concretamente el manejo de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y antagonistas de la angiotensina II (ARA II), el tratamiento de la diarrea con loperamida/codeína, el papel de la vitamina D y la tromboprofilaxis en el paciente ambulatorio.
Las últimas 4 preguntas revisan el papel pronóstico de la diabetes, de la presencia de la alergia o de determinados datos de laboratorio y la negativización de la RT-PCR en la infección leve.
Según el documento de consenso de la Sociedad Española de Radiología Médica, publicado el 21 de marzo de 2020, en el contexto actual, la ecografía torácica no se plantea como una alternativa real a la tomografía computerizada (TC) torácica. Se basan en que:
Sin embargo, otros autores (series de casos, informe de un caso, editoriales) abogan por la introducción de la ecografía pulmonar en el proceso diagnóstico y de seguimiento del paciente con sospecha de neumonía por COVID-19. Argumentan que:
Aunque hay publicado un estudio que validó el test de Roth (en pacientes ingresados en la planta de medicina interna o en la unidad de cuidados intensivos), comparándolo con el resultado de la pulsioximetría; no ha sido evaluado en conversación telefónica, ni en castellano, ni en Atención Primaria, por lo que no hay suficientes garantías para su empleo como indicador del grado de insuficiencia respiratoria en el seguimiento telefónico en Atención Primaria de pacientes con clínica de infección respiratoria. Por dichos motivos, en este momento no está aconsejado su uso.
Además, el test puede ser normal en pacientes con hipoxia severa, estar alterado en pacientes sin hipoxia y podría restarle importancia a la valoración global del paciente.
Las aplicaciones de teléfonos inteligentes para realizar la medición directamente de la saturación de oxígeno (SatO2) no están recomendadaspara la valoración clínica de la disnea e hipoxia en los pacientes en seguimiento domiciliario. Son pocos los estudios realizados, con muchas limitaciones y con malos resultados; sin que el procedimiento para realizar la lectura tenga una base científica que lo avale, al realizarse con la luz blanca del flash del teléfono y precisando la pulsioximetría una fuente de luz infrarroja.
Dado que no se han encontrado recomendaciones específicas en los sumarios de evidencia ni documentos consultados y de consenso de diversas sociedades científicas (incluyendo obstétricas) con respecto a la RT-PCR de control en la mujer embarazada con la COVID-19 confirmada, se considera que deben seguirse las recomendaciones de la población general.
No se han encontrado guías de práctica clínica adaptadas a la situación de la COVID-19 que planteen en qué situaciones clínicas estaría indicada la realización de una angiografía por tomografía computarizada (angio-TC) para el diagnóstico de un tromboembolismo pulmonar. Una propuesta opta por priorizar la realización de la angio-TC; si esta estuviera contraindicada y ante presencia de molestias en miembros inferiores, se realizaría una ecografía Doppler de miembros inferiores; en ausencia de molestias en las piernas o ante ausencia de opacidades pulmonares en la radiografía de tórax, se realizaría una gammagrafía de perfusión.
Actualmente se recomienda a los pacientes que continúen el tratamiento con su terapia antihipertensiva habitual, debiendo manejarse según la situación hemodinámica.
Aunque los pacientes con enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial forman parte de los grupos con mayor riesgo de desarrollar enfermedad grave por COVID-19, no hay evidencia disponible que sugiera que los pacientes en tratamiento con IECA y ARA II tengan un mayor riesgo de evolución grave de la infección por el virus SARS-CoV-2. La suspensión de estos fármacos en algunos pacientes podría exacerbar la enfermedad cardiovascular o renal comórbida y conducir a una mayor mortalidad.
La revisión realizada no encontró referencias al empleo de loperamida o codeína para el tratamiento de la diarrea en pacientes diagnosticados de enfermedad por coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19).
Aunque la vitamina D juega un importante papel en la modulación de la respuesta inmune y gran cantidad de datos epidemiológicos indican que su déficit aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas, actualmente no se dispone de evidencia sólida en cuanto al papel del déficit de la vitamina D en la infección por SARS-CoV-2 ni sobre las implicaciones terapéuticas del uso de suplementos.
En pacientes ambulatorios con COVID-19 que no precisan ingreso hospitalario se podría considerar la profilaxis farmacológica, después de una evaluación individualizada del riesgo, en aquellos pacientes con riesgo elevado de tromboembolismo venoso y sin riesgo alto de hemorragia.
Tras el alta hospitalaria, varios documentos recomiendan mantener la tromboprofilaxis (preferiblemente con heparina de bajo peso molecular) al menos durante 7 días.
La información consultada, procedente de China, indica que los pacientes con diabetes mellitus tienen mayor riesgo de enfermedad grave y mortalidad por SARS-CoV-2.
No se identifican documentos en los que se haga mención a que los pacientes con alergia sean más vulnerables ante la COVID-19. Los pacientes con asma moderada-grave tienen un alto riesgo de enfermedad grave por COVID-19.
En base a la información recopilada, fueron varios los datos de laboratorio que se mostraron significativamente diferentes entre los pacientes con un cuadro grave de COVID-19 y los pacientes con formas no graves de la enfermedad.
No obstante, en la mayoría de los documentos se identificaron como principales predictores de la gravedad de la COVID-19 el dímero D elevado (> 1 mcg/mL) y la linfopenia (que además se asocian a mayor mortalidad); otros hallazgos a destacar serían lactato deshidrogenasa (LDH) elevada, proteína C reactiva elevada y niveles elevados de ferritina y trombocitopenia.
En pacientes sin insuficiencia respiratoria, el momento de la negativización de las muestras faríngeas es muy variable, ocurriendo aproximadamente a los 10-20 días desde el inicio de los síntomas. No obstante, los pacientes con enfermedad leve parecen ser poco contagiosos pasada la primera semana. En algunos pacientes, las muestras podrían volver a resultar positivas, sin que esto conlleve empeoramiento o capacidad infectiva.