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Miscelánea sobre medidas de higiene, desinfección y de protección
J. Patricia Moreno Pina Enfermera Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Isabel Pozo Serrano Enfermera Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Concepción Rosa García Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Agustín Roca Vega Documentalista Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia M.ª Carmen Sánchez López Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia Juan Antonio Sánchez Sánchez Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Fundador de Preevid Enrique Aguinaga Ontoso Director/Jefe de servicio del Centro Tecnológico de Información y Documentación Sanitarias (CTIDS). Servicio Murciano de Salud. Consejería de Salud. Murcia |
Las recomendaciones contenidas en los documentos consultados sobre la temperatura del agua para el lavado de manos, indican que esta debe estar fría o templada.
La mayoría de los documentos comentan que no se debe emplear agua caliente para el lavado de las manos con agua y jabón, porque la exposición repetida a ella eleva el riesgo de dermatitis, especialmente en las personas con dermatitis de contacto previas (recomendación IB)*.
Según las recomendaciones de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention), la temperatura del agua no parece afectar a la eliminación de microbios; sin embargo, el agua más caliente puede provocar mayor irritación en la piel y es más costosa para el medio ambiente.
No se han encontrado documentos que evalúen cuál es el método más eficaz de secado de manos para minimizar el riesgo de contagio de COVID-19, aunque todos los documentos consultados indican que mantener las manos limpias es una de las medidas más importantes que se pueden tomar para evitar contagiarnos y transmitir los microorganismos a otras personas.
El secado cuidadoso de las manos es parte integral del proceso de higiene de las manos, ya que los microbios pueden transferirse más fácilmente con las manos mojadas. Y, aunque no hay un consenso del todo claro, la evidencia sugiere que es preferible utilizar toallas de papel frente al uso de secadores de manos, usando esta misma toalla para cerrar el grifo.
Los documentos consultados recomiendan el uso de isopropanol (alcohol isopropílico o 2-Propanol) al 75% en las fórmulas para la desinfección de las manos y no para superficies. La desinfección de las superficies con hipoclorito de sodio al 0,1% o etanol al 62-71% (pequeñas superficies) reduce significativamente la infectividad de los coronavirus en las superficies en un tiempo de exposición de 1 minuto; se espera un efecto similar frente al SARS-CoV-2.
Debido a su actividad virucida, y en base a su efectividad sobre otros tipos de coronavirus, el alcohol etílico diluido (por ejemplo al 70%) podría estar indicado para la desinfección de determinados materiales médicos contaminados por SARS-CoV-2.
El alcohol, en presencia de agua, desnaturaliza las proteínas de los microorganismos; es bactericida frente a las formas vegetativas de las bacterias (incluidas microbacterias), hongos y virus, pero es ineficaz frente a esporas.
Su actividad bactericida decae a concentraciones menores del 50% y es óptima a concentraciones de 60-90%.
Las soluciones o geles hidroalcohólicos son productos desinfectantes cutáneos. Tras la búsqueda realizada, no se han encontrado ensayos que demuestren que la solución hidroalcohólica sea efectiva aplicada directamente sobre los guantes y tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como los CDC y los European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) rechazan la práctica del lavado y reutilización de guantes de un solo uso.
No obstante, tanto CDC como ECDC recomiendan la desinfección de los guantes que se han utilizado como parte de un equipo de protección individual (EPI), antes de retirar el equipo por considerar este acto «de alto riesgo de autocontaminación». Así también lo ha recogido el Servicio de prevención de riesgos laborales del Servicio Murciano de Salud (SMS) en sus instrucciones sobre la secuencia de colocación y retirada del EPI.
Se debe usar protección ocular cuando haya riesgo de contaminación de los ojos a partir de salpicaduras o gotas (por ejemplo: sangre, fluidos del cuerpo, secreciones y excreciones). Los protectores oculares pueden ser gafas integrales frente a gotas o pantallas faciales frente a salpicaduras, donde lo que se evalúa es la hermeticidad del protector (en el caso de la gafa integral) o la zona de cobertura del mismo (en el caso de la pantalla facial). Se recomienda siempre protección ocular durante los procedimientos de generación de aerosoles.
Los documentos consultados indican que el alcohol etílico a concentraciones comprendidas entre los 70º y 90º son las que se recomiendan para la desinfección de los sistemas de protección facial.
No se han encontrado ensayos clínicos que demuestren la efectividad de la práctica de poner a la entrada de habitaciones o centros sanitarios alfombras o empapadores humedecidos con lejía para minimizar la transmisión de COVID-19.
El documento técnico emitido por el Ministerio de Sanidadsobre prevención y control de la infección en el manejo de pacientes con COVID-19 refiere que:
No se ha encontrado ningún documento que indique que se deban usar gafas de montura integral o gafas de montura universal con protección lateral, junto con la pantalla de protección facial.
Todos los documentos consultados coinciden en que los profesionales que realicen procedimientos en los que se puedan producir salpicaduras (por ejemplo: sangre, fluidos del cuerpo, secreciones y excreciones) y en los que se puedan generar aerosoles (intubación traqueal, el lavado bronco-alveolar o la ventilación manual, entre otros) debe llevar un equipo de protección individual (EPI), que incluya:
*Se aconseja vivamente su aplicación y la recomendación está respaldada por algunos estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos, así como por sólidos fundamentos teóricos.